No es preciso leer este tipo de noticias en la prensa para que uno se de cuenta de que los tribunales funcionan mal, muy mal. Cualquier que haya tenido la desgracia de precisar la "tutela judicial efectiva" de los Tribunales se habrá dado cuenta de que la misma, hoy más que nunca, consecuencia de su lentísimo funcionamiento, dista mucho de ser verdaderamente efectiva. Juicios cambiarios (supuestamente rápidos) que tardan seis meses en proveerse desde la presentación de la demanda (con lo cual, cuando se dicta el Auto de incoación y/o embargo, los bienes en cuya traba confiábamos ya han desaparecido), demandas que tardan meses o incluso años en tramitarse hasta la Audiencia Previa, ejecuciones de sentencia que se quedan en el olvido, etc...
Es lamentable que la "magnitud de la tragedia" (frase ya acuñada por algunos profesionales del derecho como verdadera herramienta de defensa) tenga unos clarísimos perjudicados -los ciudadanos de buena fe que no tienen más remedio que acudir a la justicia para defender sus legítimos intereses-, y unos clarísimos beneficiados: aquellos deudores, incumplidores o condenados a quienes los magnos retrasos, en el peor escenario para ellos, les otorgan cuanto menos un balón de oxigeno temporal impagable para escabullirse de sus obligaciones.
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Tienes toda la razón. En mi blog ya he escrito algunos post sobre las carencias de la Administración de Justicia. La situación es caótica.
ResponderEliminarTe agradezco el comentario, y no porque me des la razón, sino porque me ha permitido conocer tu blog. Te había leido en alguna ocasión, pero no había dado todavía con él. Por cierto, estuve a punto de copiar tu artículo sobre SITEL -en vez de postearlo- convencido de que te lo íban a censurar en breve por la gravísima denuncia que dejas sobre la mesa... Con sorpresa compruebo que aún no lo han hecho. Enhorabuena por tu labor divulgativa. Un abrazo compañero.
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